The United Nations in Bolivia (UN-Bolivia) called on Friday, International Women's Day, for the country's public and private sectors to invest in policies and programs to "build equality" between men and women.

"Llamamos a todas las fuerzas económicas, políticas y sociales a invertir en la transformación de la vida de las mujeres, a invertir en el cambio de una sociedad que hasta ahora ha sido patriarcal y excluyente", señaló el organismo internacional, en un pronunciamiento.

La ONU abogó para que los recursos se utilicen para contribuir a que "las mujeres y niñas puedan desarrollarse y crecer libres de violencia" y también accedan a formación en áreas "no tradicionales" e interactúen en el mercado laboral "en todos los ámbitos del quehacer público y político".

El organismo mencionó que en Bolivia "la discriminación hacia las mujeres, en toda su diversidad, persiste" a pesar de los "grandes avances" en cuestiones de equidad de género durante los últimos años.

"Se estima que, al ritmo que vamos, la igualdad jurídica para las mujeres, en el mundo, se alcanzará en 300 años", mencionó la ONU en Bolivia.

El país suramericano cuenta desde 2013 con una ley para garantizar a las mujeres contra todo tipo de violencia, sin embargo, los grupos feministas y defensores de los derechos humanos cuestionaron la eficacia de la aplicación de la norma en los casos de violencia machista.

La Fiscalía boliviana reportó que en lo que va de 2024 se han producido 12 feminicidios, y se han realizado 4.285 denuncias por casos de violencia contra mujeres adultas y menores de edad tan solo en enero de este año.

Asimismo, el organismo electoral de Bolivia alertó, a principios de este año, que persisten los hechos de acoso y violencia política contra autoridades electas mujeres, ya que en 2023 hubo 47 denuncias y 23 renuncias.

Desde 2012 está vigente la ley 243 Contra el Acoso y la Violencia Política, impulsada tras el asesinato de la concejala aimara Juana Quispe, un caso considerado emblemático y que estuvo impune por casi 12 años.

Los recurrentes hechos de violencia en el ámbito privado y público contra las mujeres coloca a Bolivia entre los países más violentos de la región suramericana.