Comprehensive sex education as educational content in the classroom, from kindergarten through sixth grade, is a step forward to reduce violence, prevent early pregnancies and promote life projects of adolescents, agreed experts working in the defense of sexual rights.
En tanto, el Magisterio Urbano, la Iglesia católica y evangélica y algunos grupos de padres de familia, si bien están de acuerdo con que se imparta la educación sexual en los colegios, tienen observaciones y mantienen protestas, hace más de un mes, en rechazo de estos contenidos implementados por el Ministerio de Educación.
El responsable del Pacto Nacional por los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, Cristian Espíndola, señaló que la incorporación de los contenidos relacionados con la sexualidad pretende responder a la problemática social que se vive en Bolivia. Es decir, “el alto índice de violencia contra los niños, adolescentes y mujeres, la elevada tasa de embarazo adolescente no planificado y el incremento de enfermedades de transmisión sexual, como el VIH a edad temprana”.
Para Espíndola, el problema de fondo es que para sociedad la sexualidad es un tema tabú y algo prohibitivo, aspecto que frena el avance en derechos sexuales. “Las iglesias usan estrategias para asustar a la población, a los padres, con discursos relacionados a la pérdida de la patria potestad, a la ideología de género y a un afán de destruir la familia natural”, indicó.
Afirmó que el aula es un espacio privilegiado para abordar la temática de la sexualidad integral con los niños y adolescentes. Caso contrario estos buscan espacios informales en los que puede prevalecer la desinformación.
De acuerdo con varios estudios, los padres hablan poco o nada con sus hijos sobre la sexualidad y lo mismo sucede con los maestros en las aulas. Por ello, los niños y adolescentes acceden a esta información a través de las redes sociales.
“Si sacamos de la currícula la educación sexual, los niños y adolescentes se informarán a tropezones, porque en los hogares aún es un tema tabú que es reprimido y castigado”, añadió Espíndola.
El educador aseguró que, mediante los programas bien desarrollados sobre educación sexual, los jóvenes toman decisiones oportunas sobre su vida y retrasan el inicio de su actividad sexual.
“Cuando se habla del tema de educación integral de la sexualidad se habla de un derecho humano y se promueve el bienestar de las personas”, indicó Espíndola.
Los contenidos
Espíndola consideró que los contenidos referidos a la sexualidad integral, incorporados por el Ministerio de Educación, son mínimos y se necesitan más porque tienen que ver con el aspecto afectivo, la autoestima, el proyecto de vida, el tema de género, entre otros.
Aseguró que en la currícula se incorporan lineamientos generales en materia de género y sexualidad, y que en función de las necesidades de cada contexto, las y los maestros deben adecuarlos para potenciar el desarrollo de habilidades, aptitudes y capacidades para la vida de los niños, niñas y adolescentes.
Sobre el tema, la secretaria ejecutiva de los Maestros de Primaria de Cochabamba, Lizeth Sandoval, admitió que tienen limitaciones para abordar el tema de la educación sexual desde la infancia y aseguró que los padres deben apoyar en este proceso de orientación.
Para Espíndola, el argumento de los profesores no es válido, puesto que están capacitados en procesos pedagógicos y didácticos sobre cualquier contenido.
En tanto, la directora de la Coordinadora de la Mujer y parte del Pacto Nacional por los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, Tania Sánchez, señaló que hace varios años se reclama al Gobierno central para que profundice el tratamiento de los derechos sexuales y reproductivos.
Sánchez lamentó la confusión de la educación sexual con la erotización o la hipersexualización, cuando se trata de un proceso de enseñanza aprendizaje que se basa en aspectos psicológicos, cognitivos, físicos y sociales. “Implica hablar de la prevención de la violencia sexual, del proyecto de vida y la educación para la vida, de los cambios psicológicos y emocionales en las diferentes etapas de la vida”, explica.
Sobre la preocupación de los maestros, Sánchez dijo que es importante que los niños sepan llamar con “nombre y apellido” a sus genitales con la misma naturalidad que el resto de su cuerpo. “Los maestros son las primeras puertas, porque son los que están en contacto con las niñas y niños y pueden ayudar a prevenir la violencia, más que la familia misma”, asegura.
Indicó que la currícula es una guía para los maestros que son, en última instancia, los que darán sentido a los lineamientos que deben orientar la formación pedagógica en las escuelas con información dosificada y de acuerdo con la edad de los estudiantes.